Japón, el imperio del sol naciente | VALMAD lifestyle

La primera vez que te planteas visitar Japón hay una gran pregunta que es inevitable hacerse: ¿Cuáles son las ciudades que debo visitar?. En muchos países del mundo es difícil pero, en Japón, lo fue especialmente.

Kyoto

La primera parada de nuestro viaje fue Kyoto y nos fuimos con la certeza de que no habíamos podido elegir mejor. Sus templos budistas, jardines, palacios imperiales, santuarios… son como mezclar una increíble belleza, con un impactante choque de culturas que te dejan sin palabras.

El emblemático Pabellón Dorado, el majestuoso Kiyomizu Dera, el famoso santuario Fushimi Inari, el jardín zen del Ryoan-ji… cada uno te sorprendía más que el anterior y te hacía enamorarte un poquito más de la que fue capital de Japón.

Pero no solo esto hace de Kyoto una ciudad tan especial, tampoco puedes dejar de pasear por el mercado de Nisiki y alucinar con cada una de las sorpresas que te encuentras a tu paso o cruzarte con una geisha, por la noche, en las calles de Pontocho.

Y por último, y no por ello menos alucinante, perderte en el increíble e imponente bambusal de Arashiyama. La sensación de pasear por el sendero rodeado de tallos de bambú infinitos y el juego de luces que se crean en él, es algo muy difícil de describir con palabras o captar en una imagen.

Eso es en verdad lo más bonito de viajar y descubrir lugares asombrosos.

Hiroshima

La siguiente parada fue una recomendación que resultó ser de lo más acertada. La castigada ciudad de Hiroshima, con tantísima historia que contar, es realmente bella.

Merece la pena ver de primera mano lo que queda de las ruinas de la zona 0, los bonitos homenajes a las víctimas y el Monumento a la Paz convertido en patrimonio de la Humanidad.

MIYAYIMA

El gran Torii en medio del mar

Desde allí, a tan solo unos kilómetros en barco, se encuentra la isla de Miyayima con un precioso templo que se caracteriza por tener un gran Torii construido en medio del mar, aunque dependiendo de cómo se encuentre la marea podrás verlo sin que el agua lo rodee.

Pero eso no es todo, los simpáticos ciervos que habitan en esta isla están demasiado acostumbrados a los turistas y dejan situaciones realmente divertidas cuando intentan robarte comida de las mochilas, no hay que descuidarse, o mejor si :)

Ver todo lo que Japón ofrece es realmente bonito, pero también puede resultar cansado.

Este hecho, junto con la necesidad de conocer de primera mano uno de sus onsen, hacen de la experiencia de pasar uno o varios días en un ryokan algo imprescindible.

Takayama

Nosotros elegimos hacerlo en la ciudad de Takayama, situado en los Alpes japoneses, que te transporta al Japón antiguo y es una de estas experiencias que se quedan grabadas en tu memoria, o al menos en la nuestra. Consiste en vivir durante unas horas como viven ellos, vestirte con sus típicos kimonos, recibir su gran hospitalidad, bañarte desnudo en un onsen al aire libre y disfrutar de un elaborado menú degustación, donde por supuesto no puede faltar su verdadera carne de Kobe y demás exquisiteces.

Después de cenar llega el momento de elegir entre disfrutar de uno de sus entretenimientos favoritos, “el Karaoke” o volver a la habitación para descubrir que, esa cama que habían prometido ponerte a la vuelta de tu cena, se trataba en realidad de un pequeño futón justo en medio de la enorme habitación japonesa con una almohada rellena de trigo. No sé si lo definiríamos como cómodo, pero desde luego sí como una experiencia inolvidable.

Tokyo

Después de este merecido descanso era hora de conocer Tokio. Una gran ciudad donde convive lo tradicional con lo moderno. Donde te puedes encontrar una estatua de la libertad, la famosa torre de Tokio que recuerda a la Parisina Torre Eiffel, unos majestuosos templos antiguos y calles repletas de modernidad.

Además, si no te importa madrugar, puedes conocer una de las lonjas de pescado más grandes del mundo, donde presenciar la famosa subasta del atún. Sin duda, algo de lo más asombroso que te puedes llevar de Tokyo es el cruce de Shibuya (según dicen el cruce más transitado de todo el mundo), donde puedes pasarte horas viendo como alrededor de 3.000 personas lo cruzan al mismo tiempo, bajo la atenta mirada de la estatua del tan conocido como entrañable perro Hachiko.

Ojalá tener más días para seguir explorando este increíble país que te sorprende y enamora a cada paso.