Uno de esos viajes que debes hacer al menos una vez en la vida y cuando lo conoces sabes que una vez en la vida no es suficiente. En nuestro caso este viaje se convirtió en algo aún más especial, pero no vamos a adelantarnos, todo llega a su debido tiempo

La ciudad de los rascacielos

Subir al Empire State, al Rockefeller Center o al One World Trade Center, esa es la primera duda que nos surgió. Finalmente optamos por hacerlo al primero y al último, aunque lo cierto es que aconsejan quedarse con las vistas panorámicas desde el Rockefeller, pero el emblemático Empire State no podíamos descartarlo y una vez conocida la experiencia del One World Trade Center creemos que tomamos la decisión correcta.

Además de recorrer las calles de Manhattan con el café de Starbucks en mano o el perrito con bien de kétchup y mostaza en Times Square, hay varios planes que nos hicieron disfrutar enormemente de nuestros días en la gran manzana.

Graffiti de El Bronx en Nueva York
NUEVA YORK

Una ciudad de "contrastes"

Vivir los contrastes de Nueva York es visitar la Universidad de Columbia, el barrio de Harlem, asistir a una misa góspel y conocer los barrios tan opuestos entre sí como Queens, Brooklyn y el Bronx. Ver de cerca los graffitis, tanto los más turísticos como los de guerra, que cuentas historias terribles. Escucharlas de primera mano, fue algo asombroso.

Otra de nuestras favoritas fue disfrutar del brutal espectáculo que se forma en un partido de la NBA en el emblemático Madison Square Garden sin que falten las palomitas y la mano de espuma gigante para animar a los Knicks. Y por último recorrer el maravilloso y gigante Central Park en bicicleta.

Un día para recordar

Y por fin llega el momento de hablar de ese 5 de abril de 2016, un día largo en nuestra ruta de viaje. Coger un barco para ver la emblemática estatua de la Libertad, para después caminar por los alrededores de la bolsa y terminar explorando la zona 0. Es increíble lo que se siente allí, es indescriptible el vacío que siente al ver esos 2 enormes agujeros convertidos en fuentes invertidas con el nombre grabado de cada una de las personas que perdieron la vida en el fatídico atentado de las torres gemelas. Te deja tocado y con el vello de punta pero debíamos seguir nuestra ruta.

Después de subir al One World Trade Center tocaba cruzar andando el mítico puente de Brooklyn, pasear por la orilla opuesta al rio y contemplar una vista absolutamente preciosa de Manhattan desde allí.

Poco a poco va cayendo el sol entre los rascacielos, el puente de Brooklyn a la izquierda termina de dibujar esta estampa tan increíble y de pronto ante nuestra atenta mirada, en el silencio más bonito que he vivido, el se arrodilló y me dijo que no quería que esa imagen se borrara nunca de mi memoria y que recordara ese momento para toda mi vida.

Gracias Nueva York, gracias por quedarte para siempre en un huequito de nuestros corazones.